Las primeras viñas argentinas fueron plantadas por los conquistadores españoles recién llegados en 1554. Mientras estos primeros viñedos fueron plantados al norte de Santiago del Estero, fue el movimiento de los españoles hacia Mendoza y San Juan el que marcó el verdadero nacimiento de la industria vitivinícola argentina.
Debido a las excelentes condiciones climáticas de estas dos regiones, la nueva industria del vino creció rápidamente y pronto el vino argentino se abría camino en el mercado. España, temiendo que su propia producción monopólica de vino estuviera en peligro, intentó coartar la producción argentina de vinos mediante impuestos al cultivo y restricciones a la producción.
Desafortunadamente para el gobierno español, se habían encontrado con estos primeros productores de vino que, a través de actividades clandestinas, continuaron proveyendo de vino a gran parte de Sudamérica.
El siguiente hito para la industria argentina del vino apareció en medio del siglo XIX, cuando nuevos inmigrantes italianos y españoles hicieron su llegada incrementando significativamente los cultivos de uvas por medio de nuevos sistemas de riego. Fue en 1853 cuando el crecimiento del vino en Argentina hizo su siguiente salto cuantitativo, con la creación de la primera Escuela de Agricultura “Quinta Normal” en Mendoza.
A resguardo de esta nueva escuela, Don Miguel Pouget, un francés nombrado por el gobierno argentino, fue enviado para educar verdaderos técnicos en el campo de la agronomía y el manejo industrial. Tomando su conocimiento de las tradiciones europeas, Pouget desarrolló modernas técnicas de cultivos e importó cierto número de variedades nobles de Europa.
Al término del siglo XIX, con la aparición de nuevos sistemas de riego (una red masiva de canales que distribuyen el agua de los Andes al sediento suelo de los viñedos en el pedemonte y el valle) y la llegada de la primera red viaria a Mendoza, la relativamente joven industria vitivinícola argentina estaba bien encaminada para convertirse en una de las más importantes productoras del mundo.
FUENTE:
Bodega Escorihuela Gascón