El Martini, con sus ingredientes básicos, es sinónimo de clase y refinamiento.
Hay productos, servicios o bebidas que inmediatamente me transportan a un mundo de elegancia y sofisticación. Recuerdo cuando hace tiempo, me encontraba inmersa en mis pensamientos sobre el negocio del vino y los destilados en México mientras bebía un delicioso Martini seco; en eso tuve un minuto de reflexión que cambió mi perspectiva desde muchos aspectos, pues pensé en los elementos que lo constituyen y, sobre todo, en la historia que existe detrás de cada bebida.
El cóctel Martini, con sus ingredientes básicos: ginebra y vermouth extra seco con una aceituna o un dash de limón, ha sido protagonista de frases e historias. Ernest Hemingway mencionó alguna vez que nunca había probado algo tan fresco y limpio que lo hiciera sentir civilizado; o el famoso agente Bond con su conocida frase shaken, not stirred…, han construido su fama y la han convertido, sin duda, en una bebida que ha enamorado a muchas generaciones y que hoy sigue siendo sinónimo de clase y refinamiento.
El origen de este cóctel es incierto. Hay quienes lo remiten a la ciudad de Martínez, California, donde en plena fiebre del oro en el siglo XIX, un minero quiso celebrar sus hallazgos y riqueza con un buen champagne. Al no haber, el bartender preparó una bebida con lo que tenía a la mano: gin, vermut, un trozo de limón y un toque de amargo. El minero lo disfrutó tanto que pidió fuera replicado en otro bar en San Francisco, en donde necesitaron la guía de ingredientes. Fue así como nació y se popularizó este famoso trago.
Como comentaba, esta anécdota no está completamente documentada; hay quienes afirman que se inventó en Nueva York o incluso que fue llamado así a partir del famoso Vermouth Martini & Rossi creado alrededor de 1860.
¿Cuál es la hora ideal para beber un Martini?
Hay quienes lo prefieren para el descanso, ya sea posterior al trabajo o durante los fines de semana. Sin embargo, en la posguerra, con los publicistas empedernidos y el auge del pop art, se consumía a la hora de la comida en las grandes y cosmopolitas ciudades.
Por ello los invito a que exploren con esta bebida y viajen a través de sus posibilidades en cuanto a variaciones de estilos y recetas se refiere. Pero hoy, esta invitación es además una reflexión sobre las historias que cada trago trae.
Hay productos, servicios o bebidas que inmediatamente me transportan a otros mundos. Hoy reitero que cuando bebemos, estamos consumiendo leyendas, tiempos y personalidades.
FUENTE:
www.revistaelconocedor.com