Ya pasamos por botellas de vidrio, envases de tetrapack, “corchos plásticos”, tapa roscas, etiquetas con diseños realizados por artistas reconocidos, regionales o incipientes, proyectos con responsabilidad con el impacto ambiental, otros ligados enormemente al arte o a la música, otros más con una línea franca en el diseño y el humor, y un largo etcétera en este mundo inagotable del vino… pero esta corriente que lleva apenas un rato tomando fuerza, es sumamente novedosa y ha dado mucho de qué hablar: el vino en lata.
Para entender de dónde viene esta ola y en qué se fundamenta, debemos considerar que la lata de aluminio ha ofrecido (en bebidas como la cerveza, los refrescos y otras que son gasificadas), una alternativa con múltiples beneficios. La falta de permeabilidad al oxígeno y la luz, permiten que la vida de anaquel de los líquidos contenidos en estos recipientes sean mucho mayores que las de aquellos que están dentro de otros de plásticos o de vidrio.
Además, los traslados y almacenamiento de dichos productos se vuelven más eficientes, garantizando mayor posibilidad de estiba y un enfriamiento mucho más rápido, que se traduce en menos necesidad de energía para disminuir la temperatura del líquido en cuestión.
La nueva presentación
En resumen, la lata es uno de los mejores métodos de almacenamiento de líquidos, pero tiene algunas consideraciones importantes, entre ellas, que el contenido siempre debe de servirse en un vaso o copa (según sea el caso), para evitar que el contacto directo con este material modifique el sabor de los productos, además de enfrentarse a muchos de los puristas que existen en este mundo vitivinícola, en donde parece que el vidrio y el corcho (de auténtico alcornoque) son intocables.
Pero ¿qué nos dicen los consumidores de esta tendencia del vino? Tan sólo en Estados Unidos, el aumento de la producción del vino en lata en un solo año fue del 59.5 %, aunque hoy en día apenas tiene poco menos del 1 % del mercado.
Aunque es importante tomar en cuenta que uno de sus grandes atractivos para las nuevas generaciones de consumidores además de lo llamativo para las redes sociales es su sustentabilidad y posibilidad de fácil reciclaje y su contenido, de unos 330 ml, que lo hacen fácil de beber y que no requieren abrir botellas enteras para poder probar un producto que puede consumirse por una persona o compartirlo con alguien más, y que puede trasladarse fácilmente de un destino a otro.
Esta generación que busca vivir lo más posible de la experiencia en todo lo que hace, encuentra en estas alternativas un gran espacio para probar más y conocer otras opciones de este complejísimo mundo. ¿Será la lata lo que sustituya al vidrio para el vino? No lo creo. Lo que sí considero es que más vinícolas comenzarán a pensar en ella como una presentación más para sus etiquetas, pues en este negocio quien no se adapta a las nuevas olas y demandas de los consumidores pierde mercado rápidamente.
Lo que viene
Otro de los grandes nichos de consumo es el de las bebidas alternativas al café, ya que los tés no son la única. Las personas buscan con más ahínco el que cada una de sus decisiones alimentarias le ofrezca el mayor impacto nutricional con la menor cantidad de efectos adversos.
Bebidas como Teeccino recién llegada a México son un ejemplo claro y evidente de lo que un gran nicho de la población busca: sabor, practicidad, beneficios de salud, y además un impacto positivo con el ambiente y las comunidades. Esta marca ofrece todo el sabor del café, con la práctica preparación del té, con todos los beneficios de la herbolaria, y todo esto sumado a que sus ingredientes son orgánicos, libres de cafeína y, por ende, idóneos para personas con restricciones alimentarias (como embarazadas) o que están haciendo la transición a una vida libre de cafeína, y para cerrar el ciclo de beneficios, el producto apoya a poblaciones vulnerables en la capacitación, cultivo, cosecha y pago justo de los productos que forman parte de los ingredientes que contienen cada una de sus fórmulas.
Ya sea como un vino en lata que nos permita conocer más del mundo vinícola, divertirnos, viajar sin riesgos de terminar con la ropa roja por una botella rota en la maleta, beber más vino de manera casual y cotidiana, compartirlo con amigos o seres queridos, pasando por bebidas sin alcohol llenas de beneficios para la salud y con ingredientes nuevos o desconocidos, que además permitan que el mundo sea más sustentable y amable con el ambiente, parecen ser dos grandes oportunidades de conocer más de lo que se hace hoy en día.
Disfrutemos de esto nuevo que nos pone el mercado entre las manos, ya sea una lata o una taza, y estemos listos para lo que vendrá, pues el cambio es la única certeza.
FUENTE:
www.revistaelconocedor.com